¡Hola, tortilleros y curiosos del mundo online! Hoy nos metemos en el ring más épico de la gastronomía española: ¿tortilla con cebolla o sin cebolla? Un duelo tan clásico que hasta el CIS ha preguntado… ¡y ganó el bando cebollista con más del 70 % de los votos!
Pónganse cómodos, que este debate tiene…patata…:
A favor de la cebolla (para los “concebollistas”)
– Sabor, jugosidad y profundidad: La cebolla añade ese toque meloso, aromático y lleno de gracia. “Como especia que aporta tostado sin restarle sabor al huevo ni a la patata”, lo define Andoni Luis Aduriz. Además, aporta matices dulzones y una textura más jugosa
– Preferencia mayoritaria: Según el CIS, alrededor del 70 % de los españoles la prefieren con cebolla Y las catas actuales no engañan: en una evaluación de tortillas precocinadas de Mercadona, la versión con cebolla obtuvo un notable 9,5 frente al 7,5 de la sin cebolla
– Capas de sabor que redondean el plato: Se dice que la cebolla es la “venda antes de la herida”—un ingrediente que puede rescatar tortillas mediocres, además de añadir complejidad al plato.
En contra de la cebolla (los “sincebollistas” se plantan firme)
– Originalidad histórica: La tortilla sin cebolla es la auténtica receta tradicional. Documentos previos a 1940 no la incluyen, y se cocinaba incluso con manteca de cerdo
– Pureza de sabores: Hoy como defiende Dabiz Muñoz, la presencia de cebolla puede ser excesiva, restándole protagonismo a la combinación del huevo, la patata y el aceite
– Definición del plato: ¿Cómo llamarla? Si lleva cebolla, debería llamarse “tortilla de patata y cebolla”… no solo «tortilla de patata»
Y algunos datos para redondear el panorama
– ¡No es solo una moda! El debate no para: en Cataluña y otras regiones se hacen variantes como la «tortilla paisana» sin cebolla, pero con pimientos
– En los fogones profesionales se matiza: El orden de cocción de patata y cebolla (juntos, por separado, quién va primero…) afecta sabor y textura. Chefs como Noelia Gamero, Nino Redruello o Álex de la Fuente destacan que todo depende del control que quieras tener sobre cada ingrediente
Conclusión dicharachera… pero con sazón de chef
Al final, esta tortilla no es una fórmula matemática. Cada uno la cocina con el toque que más le apasiona, ya sea jugosa y melosa o pura y austera. Y eso es lo bonito: que sigamos discutiendo con una sonrisa, un tenedor en mano y, por supuesto, una buena tortilla en la sartén.